Lo que pasa en tus oídos cuando estás expuesto a ruidos fuertes.

Seguro después de un concierto o de salir de un antro has experimentado la desagradable sensación de la pérdida de audición. Pero, por qué te zumban los oídos y escuchas todo a tu alrededor raro.
Una nueva investigación de la Universidad de New South Wales dirigida por Gary Housley, ha descubierto que esta sensación es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para hacer frente a la agresión acústica.
El estudio encontró que la sordera reversible es un mecanismo fisiológico de adaptación, que permite a la cóclea funcionar normalmente cuando está expuesta al estrés del ruido, así lo publica ABC.es.
“Esto explica por qué perdemos audición durante horas o días después de haber estado en un concierto de rock, por ejemplo. El mecanismo de adaptación ha sido activado”, explica el profesor Housley, que trabajó con investigadores de la Universidad de Auckland y de la Universidad de California.
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), halló que conforme se incrementaba el volumen de un sonido, las células de la cóclea liberaban la hormona ATP, que unida a un receptor, causa la reducción temporal de la sensibilidad auditiva.
En el laboratorio, los investigadores descubrieron que aquellos ratones sin receptor no mostraban pérdida de la sensibilidad auditiva cuando fueron expuestos a ruidos fuertes.
Sin embargo, estos ratones fueron mucho más vulnerables a la sordera permanente en niveles muy altos de ruido.
Un trabajo anterior de este equipo ya revelaba una causa genética de la sordera en humanos, relacionada con el mismo mecanismo. Dos familias en China con una mutación en el receptor ATP mostraban una progresiva pérdida de audición que se aceleraba si trabajaban en ambientes ruidosos.
Ahora que los investigadores han demostrado que el receptor es un protector, tienen la esperanza de dirigir este camino hacia una mejora de la protección del oído frente a los ruidos.
Aunque esta investigación ha encontrado que la cóclea puede lidiar con sonidos fuertes en ocasiones, el ruido constante puede conducir a un daño irreversible, mediante la pérdida de audición de alta frecuencia. Es como la exposición al sol», explica el profesor Housley. “No es la exposición aguda, sino la exposición crónica, la que puede causar problemas años más tarde”.
Si la eficiencia de este gen varía entre los individuos, como es el caso de muchos genes, puede en cierta mediada explicar por qué algunas personas son muy vulnerables al ruido o desarrollan pérdida de audición con la edad y otros no”, apunta el profesor Allen Ryan de la Universidad de California en San Diego , otro de los investigadores principales del estudio.
Pero incluso aquellos que no tienen un historial familiar de pérdida auditiva tienen motivo de preocupación. “Debido a que nuestra sensibilidad auditiva se adapta, podemos soportar un ruido fuerte, pero no podemos sentir la intensidad absoluta del sonido y si superamos el límite seguro, dañaremos nuestra audición, a pesar de este mecanismo de adaptación protector que hemos descubierto”, explica el profesor Housley.

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